¿Cómo bajar la humedad en casa?

Publicado: 20/11/2025

Actualizado: 20/11/2025

Ahorro energético

7 min lectura

Cómo bajar la humedad en casa para mejorar la eficiencia energética

Controlar la humedad en casa mejora tu confort, cuida tu salud y reduce el consumo de calefacción y aire acondicionado. Descubre claves para hacerlo.

A menudo identificamos el bienestar en una vivienda con la luz que posee, lo espaciosa que es, su temperatura… pero hay otro factor, a menudo invisible, del que depende el confort, la salubridad y la eficiencia energética de una vivienda: el control de la humedad. Aprender como bajar la humedad en casa es esencial para crear un entorno cómodo y energéticamente eficiente.

El confort invisible: Controlar la humedad en casa                                          

La Organización Mundial de Salud (OMS) concluyó en 2009 que hay evidencia epidemiológica suficiente como para afirmar que vivir en un hogar con un elevado nivel de humedad afecta negativamente a la salud, especialmente a las afecciones respiratorias. 

La humedad dentro del hogar es un factor que influye de manera determinante en el consumo energético. Afecta directamente a la sensación térmica: cuando la humedad es demasiado alta, notaremos el ambiente más cálido y cuando es demasiado baja, sentiremos más frío del que realmente hace, lo que puede dar lugar a que gastemos más energía.

Lo ideal es que la humedad relativa de una vivienda o, dicho de otro modo, la cantidad de vapor de agua presente en el aire interior esté en valores de entre un 40 y un 60% en espacio interior. Ese porcentaje es el que hace que una vivienda sea más saludable, cómoda y eficiente desde el punto de vista energético. 

Cómo se detecta el exceso de humedad en casa

Habitualmente, el cuerpo humano es el mejor ‘termómetro’ para detectar el exceso de humedad en una vivienda antes incluso de que aparezcan desperfectos físicos. 

El mal olor, la sensación de frío constante aun estando la calefacción encendida, un molesto dolor de cabeza o la sensación de irritación en las vías respiratorias suelen ser los avisos corporales más comunes de que habitas en un ambiente demasiado húmedo. 

Las manchas en la pared, los desconchones en las paredes con la pintura levantada, las ventanas que amanecen empañadas o la ropa guardada con ‘olor a cerrado’ suelen ser pruebas de que los niveles de humedad de una vivienda están por encima de lo que deberían. 

Por el contrario, cuando el nivel de humedad en una vivienda inferior al 40% de humedad relativa, lo que se considera un nivel bajo, el cuerpo y algunos materiales empiezan a mostrar señales claras. Los indicios en el cuerpo son también inequívocos: sequedad en la piel, en los labios, en la garganta (que pueden ir acompañados de tos) o al respirar.

Cómo puedo medir la humedad en casa para asegurarme de que es un problema

Medir la humedad en el hogar es esencial para mantener un ambiente saludable y asegurar la eficiencia energética. La forma más sencilla y precisa de hacerlo es mediante un higrómetro, un dispositivo que indica el porcentaje de humedad relativa en el aire. Existen higrómetros analógicos y digitales; los digitales suelen ser más exactos y fáciles de leer.

Para obtener medidas reales, es recomendable colocar el higrómetro en diferentes habitaciones, especialmente en aquellas donde suele acumularse vapor, como la cocina, o el baño. Conviene situarlo lejos de fuentes directas de calor, corrientes de aire o ventanas para que las mediciones no se vean alteradas.

Si el valor de la humedad relativa es inferior al 40%, el aire está demasiado seco; si supera el 60%, puede aumentar la sensación de calor o frío, influyendo en el consumo energético.

Cómo afecta la humedad en la eficiencia energética de tu hogar

Se suele asociar la eficiencia energética de una vivienda al tipo y uso que se hace de sus electrodomésticos o a su aislamiento, pero la humedad es también un factor ambiental esencial que resulta menos visible.

El nivel de humedad relativa en el aire interior puede influir de manera directa en la sensación térmica dentro de la vivienda y, por lo tanto, en que suba el consumo energético asociado a la calefacción y la refrigeración.

Además, mantener la humedad por encima o por debajo de los niveles adecuados da lugar a que los materiales que ‘envuelven’ la vivienda pierdan su capacidad aislante, y la demanda energética de la misma aumente para mantener la sensación de confort.

Invierno

En épocas frías, el aire tiende a contener menos vapor de agua. Un ambiente demasiado seco (por debajo del 40%) puede provocar una sensación de frío más intensa en el hogar, lo que suele llevarnos a subir la calefacción e incrementar el consumo energético.

Por otra parte, un ambiente excesivamente húmedo en invierno (más del 60%) puede disminuir la capacidad aislante de los materiales de una vivienda. Un muro demasiado húmedo, por ejemplo, pierde su capacidad aislante y hace que el calor se escape más rápido, llevándonos a usar más calefacción.

Verano

En verano, el problema se invierte. El aire caliente puede contener más vapor de agua, y cuando la humedad es alta, la sensación térmica aumenta y con ello las necesidades de refrigeración.

Esto significa que a 25 grados con un nivel de humedad elevado (por encima del 60%), el cuerpo pueda tener la sensación de que hace más de 30 grados. ¿El Resultado? Tenderemos a subir los aparatos de refrigeración para recuperar la comodidad térmica.

Además, los sistemas de aire acondicionado necesitan gastar energía extra para deshumidificar el aire, no solo para enfriarlo, lo que implica que además de rendir menos la factura eléctrica puede dispararse.

Cómo bajar la humedad en casa: soluciones eficientes 

En la mayoría de los casos, la humedad interior es controlable con un cambio de hábitos sencillo, mejoras en la ventilación y, cuando sea necesario, un apoyo técnico. Lo ideal es tener bien localizado el origen del problema para poner en marcha las soluciones más óptimas para atajarlo, pero he aquí algunas de las recomendaciones aplicables en el día a día.

  • Ventilar correctamente: Abrir las ventanas entre 10 y 20 minutos, aun cuando haga mucho frío o calor. Lo ideal es abrir a la vez ventanas que estén en diferentes extremos de la casa para que haya ventilación cruzada. 
  • Usar extractores en baños y cocina. 
  • Tapar ollas y cazuelas cuando se cocina.
  • Evitar secar la ropa en interiores: la ropa húmeda genera un gran volumen de humedad en el ambiente, especialmente con la calefacción encendida.
  • Utilizar deshumidificadores cuando la humedad de una vivienda supera el 60% y humidificadores si baja de 40%. 
  • Reforzar el aislamiento y los sellados de la vivienda. 
  • Reparar filtraciones de agua y goteras.
  • Usar la calefacción de forma sensata: manteniendo una temperatura entre 21 y 23 grados de día y de unos 17 grados por la noche. Hay que tener en cuenta que el aire caliente genera más humedad que el aire frío.

Beneficios de controlar la humedad para tu ahorro

Controlar la humedad en el hogar es una estrategia fundamental para mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo de calefacción y refrigeración.

En los últimos años, hemos conocido numerosos estudios en los que se infiere que controlar la humedad relativa en una vivienda puede implicar un ahorro de más de un 10% del consumo energético. Lo es también para garantizar nuestra salud en el hogar, para sentirnos cómodos en nuestro espacio personal.

Cuanto más eficiente es una vivienda y mejor preservada esté mayor será su valor desde todos los puntos de vista.

Redactado por Catalina Arévalo Martínez

Periodista y comunicadora especializada en ciencia y medio ambiente. Investigadora de la comunicación del cambio climático en la Universidad de Oxford y Knight fellow en el Instituto de Tecnología de Massachusetts.

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