Las baterías solares son una perfecta solución para almacenar energía, y usarla cuando no dispongamos de una conexión a la red eléctrica o no podamos beneficiarnos de la electricidad que ofrecen los paneles solares.
Estos dispositivos son muy prácticos y versátiles, ya que pueden emplearse tanto en casas ubicadas en el entorno rural, como en caravanas o barcos, entre otras opciones. Como existen varios tipos de baterías, las más recomendables para un consumo bajo son las baterías AGM o de gel.
En este artículo, hablaremos sobre ambas, expondremos las características de cada una y analizaremos sus diferencias para que elijas la más adecuada a tus necesidades.
Índice de Contenidos
¿Qué es una batería de gel?
La batería de gel se destaca del resto porque no es tóxica, no es inflamable y es respetuosa con el medio ambiente. La batería de gel se puede utilizar de la misma manera que las baterías tradicionales, sin riesgo de fugas.
Compuestas de plomo-ácido, las baterías de gel usan un electrolito en forma líquida en lugar de pasta o gel. Esto las hace más adecuadas para su uso en entornos donde existe un mayor riesgo de fugas de otros tipos de batería.
Una de las grandes ventajas de este tipo de baterías es que las celdas de gel requieren menos mantenimiento que otros tipos de celdas de plomo-ácido pero es recomendable inspeccionar cada cierto tiempo.
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¿Y una batería AGM?
Las baterías AGM (Absorbed Glass Mat) son un tipo de batería compuesta de plomo-ácido que está sellada y, por lo tanto, es adecuada para entornos hostiles.
Son las sucesoras de la batería de plomo-ácido inundada, que requería un relleno regular con agua para evitar que se secara. La batería AGM no está sujeta al mismo grado de descarga o sulfatación que una batería inundada, y puede utilizarse en cualquier orientación, sin riesgo de fugas o derrames.
Por este motivo, uno de los grandes beneficios de usar este tipo de baterías es que no requieren de un mantenimiento periódico, por lo que podremos olvidarnos de su conservación para alargar la vida útil de la misma.
Tienen una alta densidad de energía y, por lo tanto, son adecuadas para aplicaciones con altas tasas de descarga, como vehículos eléctricos, sistemas UPS y grandes generadores de energía.
Batería del gel o AGM: todas las diferencias
Aunque las baterías de gel o las AGM se asemejan en varias características con respecto a otro tipo de baterías, hay que establecer una serie de diferencias entre ambas.
Como ya hemos especificado anteriormente, una de las mayores diferencias entre las baterías de gel y las AGM, es que estas últimas se encuentran selladas, lo que puede resultar una desventaja para las personas que necesitan usar su batería en diferentes posiciones. Las baterías de gel no están selladas, por lo que son más versátiles. Al no estar selladas, las baterías de gel se pueden usar en cualquier posición sin fugas de ácido y en cualquier entorno de alta temperatura con una respuesta buena.
Como las AGM están selladas, no pueden perder ácido si se invierten o se colocan en cualquier situación. Además, se pueden almacenar en cualquier posición, sin tener que preocuparse por las fugas o la corrosión del medio ambiente. Está más adaptada a altas temperaturas que las de gel.
Las AGM son más sensibles a la sobrecarga que las de gel porque tienen una baja densidad de electrolitos, por lo que éstas últimas limitan la sobrecarga debido al elevado volumen de electrolitos que tienen.
Las baterías AGM tienen una mayor capacidad de carga que las baterías de gel y, por lo tanto, son más adecuadas para aplicaciones de alto consumo, como las que se encuentran en los vehículos de motor.
Dos ventajas que poseen las baterías de gel con respecto a las AGM se observan en que necesitan una inversión económica menor y su ciclo de vida es más largo.
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¿Es mejor una batería de gel o una AGM?
Para determinar si es mejor comprar una batería de gel o una AGM, debemos atender a dos criterios fundamentales: su método de empleo y el precio que estemos dispuestos a pagar.
Al ser una evolución de las de gel, las baterías AGM son las más demandadas en la actualidad para almacenar energía de una forma más eficiente, segura y sostenible.
No obstante, hay que recordar que las baterías de gel ofrecen una durabilidad mayor, ya que pueden llegar a tener un ciclo de vida útil entre 10 y 12 años, mientras que las AGM comprenden un período de 5 a 7 años.
A la hora de emplear una u otra debemos tener en cuenta que las baterías AGM no se colocan en otra posición que no sea vertical, mientras que las de gel son más flexibles y podremos situar en cualquier posición.
¿Y para una Camper?
En general, las baterías de gel están fabricadas para dar respuesta como suministro, mientras que las baterías AGM pueden emplearse como método de arranque de un vehículo.
Por este motivo, las AGM son más adecuadas para usar en una caravana o furgoneta, cuyos ciclos de carga permiten un incremento de la vida útil de la misma.
