Cuánto consume la plancha

Clasificación energética de una plancha

La eficiencia energética de una plancha te ayuda a gastar menos electricidad y cuidar el planeta. Las mejores planchas tienen una etiqueta A, mientras que las menos eficientes tienen una G. Esto es algo que pasa en todos los electrodomésticos modernos, y una clasificación con la que tienes que familiarizarte para poder entender cuál es el mejor para ti.

Por otro lado, antes de comprar una plancha, mira su potencia, normalmente entre 1000 y 3000 vatios. Esto te dirá qué tan rápido se calienta y genera vapor para alisar la ropa.

La mayoría de las planchas en Europa usan 230 voltios y tienen tanques que pueden contener de 200 a 500 mililitros de agua. Para ahorrar energía, busca una plancha con un modo ECO, o una que tenga etiqueta A siempre que sea posible.

Las planchas no son electrodomésticos que gasten especialmente; pero si la usas a menudo, pueden acabar repercutiendo en gran medida en la factura que pagas mes a mes. A continuación veremos varios aspectos clave para entender su consumo.

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¿Influye el tipo de plancha en el consumo?

Es importante saber que el tipo de plancha que utilices puede cambiar la cantidad de electricidad que consumes. Por ejemplo, las de vapor utilizan más energía, a veces más de 2000 vatios, porque tienen grandes depósitos de agua que necesitan calentar. Pero las planchas secas normales utilizan menos energía, normalmente entre 1000 y 1800 vatios.

Por su parte, una plancha en seco utiliza una cantidad constante de energía, y generalmente utilizan menos electricidad que las de vapor o los centros de planchado. En esta categoría, marcas como Philips y Rowenta ofrecen grandes opciones de bajo consumo.

Y por último, los centros de planchado tienden a gastar entre 1500 y 2500 vatios, siendo las que más energía gastan de todas las opciones.

¿Y el programa de planchado?

Saber cómo funcionan los ajustes de tu plancha puede ayudarte a ahorrar electricidad. Por ejemplo, el ajuste ECO reduce el calor para ahorrar energía.

El tipo de tela que estés planchando también hará que gastes más o menos. Planchar algodón necesita más calor y vapor, lo que consume más electricidad; y la lana necesita una temperatura más baja, lo que ahorra energía.

Planifica tu planchado para mantener baja tu factura eléctrica. Entender tu plancha y sus ajustes es clave.

Calcular el consumo por hora de una plancha es muy sencillo. Por ejemplo, si tu plancha es de 2400 vatios, consume 2,40 kilovatios-hora (kWh). Una plancha de 1.800 vatios consume 1,80 kWh. 

Aún así, a continuación te dejamos una tabla con varios consumos en función de la potencia.

Y por supuesto, el precio final que pagues dependerá de tu tarifa de la luz. En Eligenio te ayudamos a encontrar la mejor opción para ti; échale un vistazo a nuestras comparativas y empieza a ahorrar en tu factura de la luz.

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Para ahorrar electricidad con tu plancha de ropa, sigue estos consejos sencillos:

• Modo ECO: Si tu plancha viene equipada con un modo ECO, te recomendamos que lo utilices en todas tus sesiones de planchado. Esta función permite reducir la cantidad de vapor que genera la plancha, lo cual tiene un impacto directo en disminuir el consumo de energía.
• Planchado por lotes: En lugar de planchar tus prendas de ropa individualmente a lo largo de la semana, intenta acumular la mayor cantidad posible y plancharlas todas en una sola sesión. Encender la plancha repetidamente consume más energía que si se utiliza de forma continua durante el mismo período de tiempo.
• Lugar de planchado: Designa un espacio amplio y cómodo para el planchado donde puedas estirar tus prendas, dejar reposar la plancha y manejar la ropa con facilidad. Si el área es demasiado pequeña, podrías tardar más tiempo en organizar todo, lo que podría resultar en un mayor consumo de energía.
• Orden de la ropa: Cuando comiences a planchar, empieza por las prendas más ligeras o de tela fina que no requieran altas temperaturas ni mucho vapor. Deja las prendas más gruesas, como vaqueros o abrigos, para el final. De esta manera, aprovechas el calor desde el principio y no tienes que esperar a que la plancha alcance una temperatura muy alta para empezar a trabajar.
• Calor residual: Incluso después de apagar la plancha, aún puedes aprovechar su calor residual para eliminar arrugas en piezas pequeñas como pañuelos o ropa interior. Estas prendas no requieren más que unos pocos grados para alisarse.
• Lavado apropiado: Evita el uso de detergentes abrasivos al lavar la ropa y opta por aquellos más neutros que no resequen las fibras. Además, siempre añade suavizante, ya que facilita el planchado y reduce el tiempo que pasas alisando las arrugas en las telas.
• Horario: Si tu contrato de electricidad es con el mercado regulado, ten en cuenta las franjas horarias y realiza el planchado durante las horas valle o durante los fines de semana. Esto puede marcar una gran diferencia en el coste de cada kilovatio consumido.
• Textiles: Al adquirir nuevas prendas de vestir, intenta elegir aquellas sin demasiada estructura ni patrones que requieran planchado. Además, siempre que sea posible, opta por tejidos sintéticos, ya que son menos propensos a arrugarse.
• Guardado: Para evitar la formación de pliegues, guarda tus prendas de manera adecuada antes y después del planchado. Las mejores opciones son colgarlas en perchas y enrollarlas, ya que estas técnicas evitan la aparición de marcas de dobleces.

Al seguir estos pasos de manera consciente y práctica, mejorarás el uso de tu plancha, contribuirás a cuidar tu bolsillo y también ayudarás al medio ambiente. Es un enfoque sencillo pero efectivo para ser más eficiente en casa.