¿Qué es la tensión nominal?
La tensión nominal es el límite de corriente energética que un equipo o instalación es capaz de soportar. Dicho de otro modo, es la tensión que no debe superar el aparato durante su funcionamiento.
Recibe el adjetivo “nominal”, debido a que se utiliza para clasificar el aparato o la instalación, según la potencia eléctrica. Es decir, el nombre que reciba dependerá de la tensión o el potencial con el que se haya fabricado en un principio. Además, el valor nominal también implica que la tensión puede variar en función de las circunstancias y, por tanto, es teórico y cuantificable. No obstante, debemos tener en cuenta que si nuestro objetivo es calcular el valor real, será necesaria una medición.
Según el tipo de sistema eléctrico, la tensión nominal puede darse en corriente alterna —propia de las redes eléctricas de alta tensión— o continua —característica de los pequeños electrodomésticos—.
¿Para qué sirve la tensión nominal?
Aunque la tensión nominal es orientativa, esta se emplea para establecer el potencial que tiene un sistema o aparato eléctrico, y para elegir el más adecuado según la corriente que necesite para funcionar. Por esta razón, la tensión nominal se presenta de diferente forma en función de si la potencia es muy baja, baja, media o alta.
En definitiva, escoger la tensión adecuada no solo asegura un funcionamiento óptimo del dispositivo o sistema eléctrico, sino que evita las sobrecargas y el uso inadecuado de la instalación.
¿Cómo se mide la tensión nominal?
Para medir la tensión nominal se emplea un voltímetro, un dispositivo que permite cuantificar la potencia de una instalación o aparato eléctrico. Aunque existen de distintos tipos, los diseñados para calcular la corriente continua y la alterna son los electromecánicos.
La tensión nominal es un valor teórico que conviene conocer en procesos de instalación. De este modo, evitamos posibles cortocircuitos, un uso inadecuado de los aparatos eléctricos y nos aseguramos de un rendimiento óptimo de las instalaciones.
