La magia de transformar la luz del sol en electricidad no nos deja indiferentes. Si alguna vez te has preguntado qué experimentos está haciendo el tejado como para que tú puedas usar la lavadora, tienes que conocer las células fotovoltaicas y cómo se transporta la energía solar.
Y no, no te preocupes porque la conversión de energía solar en electricidad es explicable. Al igual que alguna vez te ha dado un calambrazo por llevar un calzado semiconductor, la luz del sol que entra en contacto con ciertos materiales termina generando una corriente eléctrica.
Para que empieces a comprender cómo funcionan los paneles fotovoltaicos que vas a instalar en casa, en este artículo te explicamos todo el proceso de transformación de luz a electricidad. También te enseñamos cómo se almacena la energía y qué papel juega el llamado inversor.
Índice de Contenidos
Conversión de energía solar en electricidad
Hablando sobre las células fotovoltaicas: ¿sabías que los elementos diminutos están dentro de láminas de materiales semiconductores? Gracias a este pequeño truco se consigue que la máxima cantidad de luz solar posible sea absorbida y no se desperdicien demasiados rayos.
Quizá te estés preguntando qué clase de material semiconductor consigue atraer la luz del sol. La respuesta es que depende del tipo de módulo fotovoltaico del que hablemos, pero la mayoría de ellos están compuestos con silicio gracias a su eficiencia y buen rendimiento.
También hay paneles fotovoltaicos que están hechos con células de multiunión. Este tipo de células aumentan el rendimiento hasta un 30%, así que el nivel de absorción de rayos solares es incluso mayor. No obstante, necesitas bastante dinero en el bolsillo para usar el material.
Realmente es el material semiconductor de los paneles el que hace el trabajo de convertir la energía solar en electricidad. En pocas palabras, las células crean una corriente eléctrica que es más abundante cuanta más intensa sea la luz que esté cayendo sobre tu tejado.
Pero esto no es todo, porque no podrías llegar muy lejos con corriente eléctrica continua que producen las células fotoeléctricas de los paneles. Para que funcione la lavadora y enciendas las lámparas, el inversor tiene que transformar la corriente continua en corriente alterna.
Y ya tienes lista la electricidad para disfrutar en tu casa. ¡Voilà!
Eligenio: Ahorra eligiendo
¿Cómo se transporta y almacena la energía solar?
Hemos hablado sobre la producción de electricidad con la ayuda de los paneles fotovoltaicos, pero se nos olvida una cuestión muy importante relacionada con el almacenamiento y el transporte de toda esa energía. Y la realidad es que todo gira en torno a las llamadas baterías.
Estos dispositivos de almacenaje están preparados para acumular toda la corriente eléctrica que ha generado un panel fotovoltaico. De esta manera se consigue consumir en otro momento del día, en lugar de desperdiciar toda la radiación que el sol nos ha estado dando.
La forma en que el almacenamiento de electricidad en baterías se lleva a cabo es sencillo: una vez se ha transformado la corriente continua en corriente alterna por parte del inversor, llega la hora de derivar la electricidad sobrante que no hemos consumido directamente a las baterías.
Es un proceso muy parecido a comer chocolate y dejarte un trozo pequeño guardado en el armario para el día siguiente, cuando vuelvas a tener un capricho. Este gesto te da cierta autonomía, y lo mismo ocurre cuando decidimos almacenar la energía en vez de perderla.
En resumen, las baterías del mercado están hechas de litio, pero también las hay de gel, AGM, monoblock, virtuales y estacionarias. A veces se acompañan de un regulador de carga que monitoriza la intensidad a la que está trabajando y el ritmo de carga, pero no es obligatorio.
¿Es el inversor imprescindible en el transporte de energía solar?
Como te veníamos adelantando antes, sí, el inversor es muy necesario si vas a instalar paneles fotovoltaicos en casa. De lo contrario, la corriente eléctrica continua que producen los módulos te serviría lo mismo que la mitad de un limón duro en el frigorífico: para nada.
Precisamente el trabajo que hace un inversor en la instalación fotovoltaica es transformar esa corriente de electricidad continua que han producido las células fotoeléctricas en corriente de electricidad alterna. Este tipo de corriente es justo la que activa los aparatos dentro de casa.
Pero no solo eso, el inversor también es capaz de contribuir en el trabajo central de los paneles fotovoltaicos. De esta manera, si se produce algún fallo grave en el funcionamiento de la instalación, el inversor tiene capacidad de actuación y sigue aprovechando la energía del sol.
Lo mismo podríamos decir si piensas instalar paneles fotovoltaicos en el tejado de tu empresa. No podrías utilizar ni un solo ordenador ni podrías siquiera cargar tu teléfono móvil si antes no dejas que el inversor haga magia y transforme la corriente continua en corriente alterna.
Aparte de esto, hay inversores que también pueden encargarse de monitorizar la energía solar para aprovechar al máximo la absorción de radiación en los módulos fotovoltaicos. Como ves, no importa si tus paneles solares son grandes o pequeños, todos necesitan su inversor.
