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Diferencias entre calderas y calentadores de agua
Aunque estos dos dispositivos tienen muchos rasgos en común, también cuentan con ciertas características que los distinguen.
Instalación
Podemos encontrar la primera diferencia entre una caldera y un calentador en su instalación. Si la caldera es la opción que estás barajando para tu hogar, primero deberás determinar la cantidad de radiadores que formarán parte de la misma. A menudo, este detalle lo lleva a cabo un profesional tras calcular las dimensiones y el número de habitaciones, la temperatura media del espacio y la superficie total. Además, durante la instalación de la caldera deben cumplirse ciertos requisitos de seguridad, como revisar las condiciones de las tuberías, ubicar una salida para el humo y colocar unos detectores de gases adecuados para alertar en caso de fuga. Así mismo, según las dimensiones de la caldera, se recomienda su instalación en el sótano o el ático.
Por su parte, un calentador de gas —independientemente de si es gas natural, butano o propano— debe contar con un sistema de evacuación estanco y unos tubos de extracción y expulsión de gases al exterior. De lo contrario, no se podrá realizar la instalación. Además, debe situarse en un espacio con una ventilación y dimensiones adecuadas.
Radiadores y agua caliente
Una clara diferencia entre una caldera y un calentador es la función que ejecuta cada uno. Los primeros solo disponen de un límite de producción de litros por minuto según el modelo y proporcionan agua caliente de forma constante.
En cambio, las calderas, además de cumplir esta función, alimentan el sistema de calefacción del hogar. Se clasifican de acuerdo a sus posibilidades:
- Mixta instantánea: es la más habitual en las viviendas y produce agua caliente según necesidad.
- Mixta con acumulador: las prestaciones son similares a las que ofrece la mixta instantánea. La ventaja de esta caldera es su capacidad de producir agua caliente en el momento, cuando se agota esta, gracias al acumulador.
- Solo calefacción: tan solo proporcionan calor al hogar. Para que puedan producir agua caliente por sí mismas se debe incorporar un acumulador externo.
Mantenimiento
Según el tipo de combustible que utilice el calentador o la caldera, el mantenimiento estará en manos del usuario, la instaladora de gas o la empresa distribuidora. De hecho, si se trata de una instalación de gas —como en el caso de los calentadores—, la compañía distribuidora deberá ponerse en contacto con los propietarios y realizar una inspección periódica que tiene lugar cada 5 años. En cambio, si se trata de una caldera de gas, será el usuario quien sea responsable de su revisión cada 2 años.
Sea como fuere, tanto la revisión como la inspección tienen el mismo objetivo: garantizar que se cumple con las exigencias técnicas de seguridad, eficiencia energética y de higiene.
Uso de combustibles
Por último, otra diferencia entre una caldera y un calentador es la forma en que cada uno de estos sistemas emplea el combustible.
Por un lado, las calderas de gas natural —las más populares— recurren a la tecnología de condensación, es decir, aprovechan el calor de los gases procedentes de la combustión. De esta forma, estas ofrecen un alto rendimiento. Eso sí, necesitan la instalación correspondiente para acceder al gas natural.
Por otra parte, los calentadores elevan la temperatura del agua a través de un circuito de combustión de gas, a excepción de los que cuentan con un sistema eléctrico.
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¿Cómo calientan el agua las calderas y calentadores?
La mayoría de las calderas utilizan un sistema de circuito cerrado para calentar los hogares, es decir, reutilizan el agua que hay en su interior. Cuando esta eleva su temperatura mediante la combustión, se transforma en vapor y se distribuye por todo el hogar, calentando el suelo y las paredes. Una vez que el vapor se enfría, se convierte de nuevo en líquido y regresa a la caldera.
Por su parte, el funcionamiento de los calentadores varía dependiendo de los elementos que contengan. En general, cuando contiene un tanque, el aparato recoge el agua fría y la calienta de forma indirecta a través de unas barras eléctricas o un quemador de gas. Cuando el líquido ha alcanzado la temperatura adecuada, lo reserva hasta que sea necesario.
En cambio, si el aparato no contiene tanque, calienta el agua al instante y la suministra bajo demanda.
¿Es mejor instalar caldera, calentador o termo?
Una vez vista la diferencia entre una caldera y un calentador, escoger el sistema más adecuado para el hogar es más sencillo. En definitiva, deberás considerar si, además de agua caliente, también deseas tener calefacción. Sin embargo, la respuesta no es absoluta, así que valorar cada situación de forma independiente es la mejor decisión.
Otra opción es considerar el termo eléctrico como un sistema alternativo para tu hogar. No obstante, estos suelen necesitar de una a tres horas para calentar el agua, de modo que es una buena idea si no posees instalación de gas o tienes una segunda vivienda a la que acudes de vez en cuando.
En invierno, el agua caliente y la calefacción son imprescindibles. Por esta razón, conocer las diferencias entre una caldera y un calentador te ayudará a elegir la alternativa más apropiada para tu situación particular.
