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¿Qué es el déficit tarifario en la factura de la luz?
El déficit de tarifa eléctrica se define como la diferencia entre el monto total de los ingresos regulados a través de los peajes de acceso a las redes y cargos (precios que pagan los consumidores por acceder al Sistema) y el coste real de la energía (costes de transportar, distribuir y subvencionar las energías).
Dicho de otra forma, el déficit tarifario en la factura de la luz es la resta que se produce entre el importe del suministro eléctrico y la tarifa eléctrica que abonan los consumidores de electricidad. Dentro de estas tarifas impuestas se incluyen aspectos como la prima a las renovables, la retribución y distribución del transporte, así como el sobrecoste del decreto del carbón.
¿Cuál es su origen?
El origen del déficit tarifario se remonta al año 2000, cuando el gobierno dictaminó que el coste de la energía eléctrica no podía ser mayor que el precio del IPC. Esta nueva medida tenía su base en la consideración de la electricidad como un bien necesario y que debía ser accesible para todos los consumidores, por lo que se estableció que el precio no podía aumentar más de un 2% anual.
No obstante, la medida tenía un doble rasero, ya que en vez de promover el proceso de generación eléctrica para impedir que el aumento no fuera superior al 2%, este provocó la paralización del incremento del precio.
Una vez pasado el tiempo se pudo observar que el pequeño aumento no era acorde con el incremento de costes de las compañías eléctricas, ya que los costes de las mismas iban creciendo anualmente muy por encima del ICP. Hasta muy entrado el año 2013 la situación se mantuvo igual y fue lo que provocó que, durante todos los años pasados a esa fecha, se hubiera estado pagando un precio inferior al coste real de la electricidad.
No podemos olvidarnos de otros factores que también potenciaron el gran déficit tarifario en sus inicios, como la convivencia del mercado regulado y el mercado parcialmente liberalizado del sistema eléctrico de España. Cuando se inició, fue increíblemente complejo combinar la variabilidad del precio de la luz (y, por tanto, el resultado de la interacción oferta-demanda en el mercado libre) con los importes finales que habían sido aprobados por el gobierno.
Aun así, esta dinámica se siguió manteniendo incluso cuando la liberalización se completó con la diferenciación entre distribuidoras y comercializadoras en el año 2009. Esto se debía principalmente a la posición que mantenían todos los gobiernos de no medir la subida de los peajes con el aumento de los costes regulados.
Todo esto, como es lógico, acabó por generar una gran deuda fruto de la diferencia de coste, que es lo que se conoce en la actualidad como el déficit de la tarifa eléctrica. De esta forma, la deuda que se produjo se fue acumulando más y más hasta que en el año 2013 alcanzó unas cotas insostenibles que amenazaban la viabilidad de todo el sistema eléctrico de nuestro país.
Fue, a partir del año 2013, cuando el Gobierno logró poner una solución al problema por el cual la deuda aumentaba año tras año, ideando un sistema mediante el cual se podía ir tapando poco a poco el agujero económico que se había ocasionado para así poder evitar la quiebra del sector eléctrico español. Este sistema era el déficit tarifario.
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¿Cómo afecta el déficit de tarifa eléctrica al consumidor?
Actualmente, los encargados de cubrir la gran deuda que se ocasionó años atrás son los consumidores. Esto se produce mediante pequeños recargos en el recibo de la luz de casa consumidor eléctrico. Es decir, el pago de déficit de la tarifa eléctrica aparece como un coste regulado en la factura de la luz.
El déficit tarifario eléctrico, no obstante, alberga un principal componente de intereses como consecuencia del proceso tan largo que se ha generado mediante la deuda. Se calcula que, más o menos, una cuarta parte del montante total de la deuda es consecuencia de los intereses producidos durante los años que ha estado llevándose a cabo.
Hoy en día el déficit de tarifa eléctrica se encuentra en pleno proceso de reducción. A pesar de ello, se estima que los consumidores deberán seguir pagando este coste en la factura durante un total de doce años para poder recuperar este déficit tarifario.
Los cálculos más recientes indican que, de promedio, a cada usuario que reside en España le corresponden aún 1000 € de la deuda, aproximadamente. Como se ha venido haciendo hasta ahora, la cantidad correspondiente se irá abonando por parte de cada consumidor, siguiendo los planes anuales.
¿Cuándo se dejará de pagar?
Según las estimaciones recientes de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, el déficit de la tarifa eléctrica podrá dejarse de pagar el 31 de diciembre del año 2028.
