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¿Qué son los emisores térmicos?
Lo primero que debes saber es en qué consisten los emisores térmicos y cómo funcionan a grandes rasgos.
Un emisor térmico es un sistema de calefacción para el hogar o la oficina que, como su propio nombre indica, emite calor, de forma similar a la que lo hace un radiador convencional.
La principal ventaja de estos emisores térmicos es que no necesitan una obra para ser instalados, sino solamente un enchufe a la red eléctrica, que es la fuente de energía que utilizan para generar la energía térmica necesaria para calentar la estancia.
Actualmente los emisores térmicos están siendo instalados en un gran número de casas y oficinas gracias a la comodidad y al bajo consumo que ofrecen, además de su gran eficiencia a la hora de calentar una habitación en poco tiempo, manteniendo el calor durante horas.
Tipos de emisores térmicos según resistencia interna
Existen diferentes tipos de emisores térmicos que puedes encontrar en el mercado, y que se clasifican, principalmente, según su resistencia interna.
Esta resistencia es, en pocas palabras, el material interno del emisor térmico que se encarga de acumular el calor para poder mantenerlo durante más tiempo y poder distribuirlo poco a poco por la estancia, logrando así una estabilidad térmica que ofrezca un mayor ahorro y una mayor comodidad y confort.
Por lo general los emisores térmicos se clasifican en tres grupos mayoritarios: los emisores de aluminio o secos, los emisores de fluido y los emisores de cerámica, cada uno de ellos con sus propias características.
Emisores térmicos de aluminio
El primer grupo del que vamos a hablar es el de los emisores térmicos de aluminio. Este tipo de emisores, también llamados “secos”, tienen un núcleo de aluminio, un metal que conduce muy bien el calor, de modo que se calienta rápidamente cuando la corriente eléctrica pasa a través de él.
Estos emisores térmicos son especialmente útiles cuando se trata de estancias pequeñas que se necesiten calentar rápidamente, como las cocinas o los baños, ya que posteriormente será más fácil que mantengan el calor acumulado durante ese breve periodo de tiempo, gastando así menos electricidad en el proceso.
Emisores térmicos de fluido
El segundo tipo de sistema es el de los emisores térmicos de fluido, también conocidos como emisores de aceite en algunos casos. Su funcionamiento es similar a los anteriores, pero aquí el material conductor es un líquido con muy buena conducción y acumulación del calor, que se calienta gracias al paso de la corriente eléctrica y que va liberando el calor acumulado poco a poco para calentar la estancia.
Un emisor térmico de fluido está recomendado sobre todo para viviendas completas, donde sea necesaria una liberación de calor más continuada y durante más tiempo, lo cual permite el fluido interno de estos emisores.
Emisores térmicos cerámicos
Por último, los emisores térmicos cerámicos o de cerámica son considerados los más eficientes, porque cuentan en su interior con un núcleo de cerámica, un material especialmente útil cuando se trata de conducir y acumular calor para liberarlo poco a poco en grandes estancias como viviendas y oficinas.
Estos radiadores se calientan poco a poco durante un breve lapso de tiempo gracias al paso de la corriente eléctrica por sus resistencias internas, y después, una vez apagados, siguen liberando calor durante horas, permitiendo así que una vivienda se mantenga caliente durante todo el día con un consumo eléctrico mucho menor que el que suponen los otros tipos de emisores, más recomendados para estancias de menor tamaño.
¿Qué diferencia hay entre un emisor térmico y un radiador?
Mucha gente confunde los emisores térmicos y los radiadores, ya que su funcionamiento es muy parecido, e incluso su estética exterior es muy similar. Sin embargo, existen algunas diferencias fundamentales entre ambos sistemas de calefacción que conviene conocer.
Por un lado, un emisor térmico funciona con electricidad, de modo que no necesita instalación, sino solamente un enchufe para estar conectado a la red eléctrica. Por su parte, los radiadores convencionales sí necesitan una instalación, ya que necesitan llevar agua caliente de las tuberías para poder alcanzar la temperatura deseada.
Por otro lado, existe también una diferencia de eficiencia energética, debido al diferente sistema que utilizan los emisores y los radiadores para calentar una estancia. Por lo general, ambos modelos de calefacción permiten seguir calentando una estancia incluso después de haber sido apagados, pero por lo general los emisores térmicos mantienen el calor durante más tiempo que los radiadores, permitiendo así ahorrar más energía a largo plazo.
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Cómo elegir emisores térmicos de bajo consumo
La mejor forma de elegir emisores térmicos de bajo consumo es calcular correctamente qué cantidad de calor y de energía se necesita para una estancia determinada, ya sea en una vivienda o en una oficina.
Los diferentes tipos de emisores térmicos están recomendados para diferentes estancias. Así, una estancia de tamaño pequeño o mediano se beneficiará mejor de un emisor térmico de aluminio o de fluido, mientras que las estancias más grandes, o incluso las viviendas completas, se climatizarán mejor con un emisor térmico de cerámica.
Consulta siempre las instrucciones del fabricante para saber cuánta energía consumen los diferentes modelos que puedes encontrar de emisores térmicos y para qué tipo de estancias se recomienda cada uno de ellos, y de esta forma podrás ahorrar en tu factura de la luz al mismo tiempo que consigues regular la temperatura de tu casa con la mayor eficiencia posible.