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Transición verde: plantando las bases
Durante los últimos años, el concepto de “sostenibilidad” está en boca de todos. Y es que implantar medidas que reduzcan los niveles de contaminación e impacto medioambiental que actualmente existen es crucial si el día de mañana queremos que este mundo continúe siendo un lugar habitable. Y aquí es donde entra en juego la transición verde, que hace referencia al tiempo necesario para ejecutar los cambios.
Pongamos un ejemplo concreto de lo que significa la transición verde: la evolución del coche eléctrico. Hace unos años era algo más cercano a las películas de ciencia ficción que a la realidad de las carreteras españolas. Hoy en día, los coches híbridos y eléctricos ocupan el 8,8% del parque automovilístico de nuestro país y el 20% en Europa. Y es que después de que el Parlamento Europeo emitiese el comunicado de que a partir de 2035 se dejarán de producir vehículos que funcionen a diésel o a gasolina, son muchos los que han tomado conciencia de lo importante que es empezar, desde ya, a hacer la transición.
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4 objetivos clave de la transición verde
Los objetivos que tiene la transición verde son muy variados, pero todos ellos coinciden en lo siguiente: evitar llegar a un punto de no retorno, en el que no exista vuelta atrás. Y es que si no hacemos nada para impedir que la contaminación siga aumentando y que el uso indiscriminado de recursos provoque que estos se agoten, llegará un momento en el que, por muchas medidas que se implanten, estas no darán ningún resultado.
Para evitar llegar a este punto, estos son algunos objetivos de la transición verde:
- Optimizar los desplazamientos: ya sea sustituyendo los vehículos a diésel o gasolina por híbridos o eléctricos, o promoviendo el uso del transporte público, contribuye a reducir los gases de efecto invernadero.
- Fomentar el consumo consciente: disminuir el consumo de artículos de un solo uso y modificar pequeños hábitos diarios como llevar botellas o bolsas reutilizables… Todos estos cambios intervienen en la transición verde.
- Promover un adecuado reciclaje de los desechos: velar por la colocación del plástico, cartón, vidrio y basura orgánica en sus correspondientes contenedores es una labor de concienciación crucial para conseguir una mayor sostenibilidad.
- Energía limpia y renovable: generación, suministro y uso de energías limpias y renovables al alcance de todos. Un ejemplo es el empleo de placas solares para aprovechar la energía solar.
A pesar de que las empresas y compañías tienen una gran responsabilidad en la transición verde, no nos olvidamos de las personas que, en su día a día, pueden introducir pequeños cambios que tengan un impacto a largo plazo importante. Por eso tenemos, cada uno de nosotros, que hacer nuestro este concepto.
Verde y digital. La transformación hacia un futuro sostenible
La digitalización parece la clave –o una de ellas– para lograr la transición verde. Y es que gracias a los avances tecnológicos, las posibilidades se multiplican en todos los ámbitos y sectores para dar respuesta las nuevas necesidades y retos. ¿Por ejemplo?
La transición energética se basa en la tecnología y la digitalización para, no solo producir la energía, sino llevarla cada vez a más gente. Del mismo modo, en la agricultura, el empleo de determinados sensores ayuda a hacer un mejor uso del agua —sin desperdiciarla— y a utilizar la cantidad de producto necesario cuando hablamos de fertilizantes o incluso de fungicidas. La domótica es otro caso igual de claro que permite, en el ámbito del hogar, optimizar el uso de energía y adaptar los recursos a las necesidades de cada momento.
Tracemos el camino de la transición verde
La transición verde hacia la sostenibilidad lleva tiempo gestándose con medidas que, en ocasiones, pueden pasar desapercibidas, pero que están ahí. Estas son algunas que implementa el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico:
- Subvenciones: existen ayudas, por ejemplo, para instalar placas solares en las viviendas o para la mejora del aislamiento térmico que evita abusar de la calefacción y del aire acondicionado. Por tanto, es una medida muy interesante.
- Concienciación: esto es crucial y es que todas las personas deben sentirse comprometidas para introducir pequeños cambios en su vida diaria. Las campañas e información a disposición del ciudadano es vital para conseguir esto.
- Recursos: colocar más contenedores (verdes, amarillos, azules) para evitar largos desplazamientos y que esto fomente el “no reciclaje” es fundamental. Y es que estos factores contribuyen a facilitar esta transición.
La colocación de más cubos de basura en zonas verdes, el apoyo a esas empresas que apuestan por la sostenibilidad y mejorar el acceso a la movilidad eléctrica son aspectos que se deben tener en cuenta. Y es que hay que tomar medidas antes de que sea demasiado tarde. Por eso, la transición verde tiene un importante papel en el que todo el mundo necesita verse implicado si queremos que siga existiendo nuestro planeta en un futuro.
¿Qué acciones y decisiones tomas tú en tu día a día? ¿Quizás, utilizar una bolsa de tela para ir a comprar o reciclar todo lo que puedes? Aunque esto te parezca insignificante, está marcando una diferencia más grande de lo que piensas. Y es que en la transición verde debemos colaborar todos tanto como podamos.