A día de hoy, nuestra mayor concienciación sobre temas como el cambio climático nos ha llevado a buscar formas de coexistir con el planeta más respetuosas con el mismo. Una de las más importantes de todas es la economía circular, un concepto desarrollado en los años 70 que busca reducir al máximo nuestra destrucción de materias primas no renovables.
Si quieres saber más sobre este modelo económico, en este artículo te hablamos de él en detalle.
Índice de Contenidos
¿Qué es la economía circular?
La economía circular es un sistema económico que tiene como objetivo mantener los recursos en uso durante una gran cantidad de tiempo. En ella, todos los participantes nos esforzamos por crear un sistema más eficiente y sostenible al hacer posible que los materiales se aprovechen al máximo y nos aporten el mayor valor posible.
Aunque no es un concepto nuevo, es cierto que la economía circular ha cobrado un gran impulso en los últimos años. Esto se debe al cambio en los hábitos de consumo y la conciencia sobre los problemas ambientales que provoca nuestro estilo de vida.
No se trata solo de reciclar; se trata de diseñar productos para que puedan usarse una y otra vez sin pérdida de calidad o rendimiento. Esto significa garantizar que los productos se fabriquen teniendo en cuenta la longevidad, con capacidad de reparación, actualización y reciclabilidad integradas.
Este modelo económico es una alternativa a una economía lineal tradicional. A día de hoy, organismos como el Parlamento Europeo abogan por el cambio a una economía circular para favorecer la reducción del impacto medioambiental y optimizar el uso de materias primas finitas.
¿Cuáles son sus orígenes?
Fue a finales de los años 70 cuando emergieron las primeras bases de este sistema, momento en el que académicos, líderes de opinión y empresas comenzaron a relacionar economía con medio ambiente.
En este momento se observó que era necesario aplicar nuevos métodos económicos más sostenibles e innovadores, y se acuñaron términos como Cradle to cradle (de la cuna a la cuna), de Michael Braungart y Bill McDonough; u otros como ecología industrial, biomímesis o economía azul, impulsada esta última por el belga Gunter Pauli.
Sin embargo, fue en 1989 cuando los economistas británicos David W. Pearce y R. Kerry Turner introdujeron por primera vez el concepto de economía circular en la publicación de su libro Economía de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente.
Principios de la economía circular
La economía circular es un modelo económico sostenible que se basa en los siguientes principios:
- Gestión circular de materiales, en la que se asegura que todos los productos y materiales sean reutilizados, reparados o reciclados. Los materiales deben usarse de manera eficiente para que las materias primas no se desperdicien por sobreproducción o empaque innecesario.
- Creación de más puestos de trabajo de los que destruye. Los productores deben asumir la responsabilidad de sus productos a lo largo de su ciclo de vida, desde el diseño hasta la eliminación. Así, se puede desarrollar un nuevo modelo de producción industrial innovador y más competitivo.
- Conducción a una distribución más equitativa de los recursos, con el objetivo de disminuir el consumo de materias primas.
- Orientación de la sociedad a un mejor desempeño ambiental, en el que se reduzcan las emisiones y la producción de residuos.
Cómo funciona la economía circular
Este modelo económico se basa en construir un sistema completo de producción y consumo de los recursos del planeta, desde la extracción hasta la producción, la distribución y la eliminación, donde todo se reutilice o recicle tanto como sea posible. De esta forma se promueve la reutilización, el reciclaje y el volver a procesar los recursos.
Así, con este nuevo sistema se busca intentar aprovechar al máximo cada recurso que se extrae del planeta, con el objetivo de no gastar antes de tiempo ciertas materias primas limitadas y limitar el consumo de energía.
Ejemplos de economía circular que podemos aplicar
Este sistema ha sido adoptado por muchas empresas y gobiernos de todo el mundo para proteger sus recursos naturales y el medio ambiente.
Se puede lograr una economía circular a través del diseño de productos, la fabricación, la distribución, el consumo y la gestión de residuos. Esto significa que todos estos pasos deben diseñarse de manera que se puedan reutilizar o reciclar materiales en cada paso del proceso.
Por suerte, todos podemos implementar la economía circular en mayor o menor medida. A continuación te contamos cómo hacerlo en distintos niveles.
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Para empresas
La economía circular no es un movimiento nuevo, sino que se practica desde hace siglos. Los antiguos egipcios reciclaban papiro, los griegos reciclaban metal y los romanos reutilizaban el mármol.
Este sistema también sirve para cuestionar y evolucionar en la forma en que producimos bienes. Por ejemplo, algunas empresas utilizan la impresión 3D para crear productos que son más sostenibles y ecológicos en comparación con los métodos de fabricación tradicionales.
Otro ejemplo muy claro se observa en el sector textil, donde son cada vez más las compañías que reutilizan plásticos para fabricar productos de ropa ecológicos como zapatillas o camisetas, siendo una forma eficaz de optimizar los recursos y fomentar la sostenibilidad.
A día de hoy también podemos ver el reciclaje en alimentos, mediante aplicaciones o webs que ponen a disposición del consumidor los alimentos no consumidos en restaurantes y que nos invitan a no desechar el exceso. También podemos ver empresas que aplican estos principios con materiales como papel, cartón o vidrio para fabricar nuevos recipientes, neumáticos, aparatos eléctricos y otros.
Las empresas que promueven una economía circular reducen sus costes de producción porque usan menos cantidad de materias primas, lo que contribuye a una mayor optimización de los recursos del planeta.
Para consumidores finales
En una economía lineal, los recursos se agotan y se descartan cuando se acaban. Por ejemplo, en la economía tradicional, podríamos coger una botella de plástico y usarla para llenarla de agua una vez antes de tirarla.
Por el contrario, en la economía circular, podríamos rellenar esa misma botella de plástico una y otra vez hasta que ya no se pueda reutilizar, haciendo así más longeva la vida del producto y otorgándole un valor añadido al mismo.
De igual forma, este aspecto se puede implementar en la reutilización de desechos electrónicos, plásticos o vidrio a modo de decoración. En cualquier caso, lo importante es buscar nuevas maneras de aprovechar al máximo todo lo que utilizamos, reduciendo así nuestro impacto sobre el planeta.