Después de saber que la ONU ve el uso de los vehículos a motor como uno de los grandes responsables de las emisiones de CO2 en la atmósfera, no es extraño que la movilidad sostenible sea el gran atractivo de ciudades tan imponentes como Nueva York o Singapur.
De hecho, la movilidad sostenible es parte de los objetivos dentro del desarrollo sostenible que tiene la Unión Europea. Pero antes de ahondar demasiado en este tipo de objetivo, cabe preguntarse ¿a qué se refiere la UE por movilidad sostenible? ¿De qué se habla este término?
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¿Qué es la movilidad sostenible y cuáles son sus metas?
La movilidad sostenible es un término amplio y que abarca muchas definiciones distintas, pero la idea principal es la transformación del transporte hacia un desplazamiento ecológico. La mayor meta que tiene la movilidad sostenible es reducir las emisiones y el uso de combustible.
¿Por qué se busca alcanzar este objetivo? Porque el planeta está pasando por un cambio climático del que, en gran parte, nuestro estilo de vida es responsable. Cambiando pequeños gestos como la forma en que nos trasladamos podemos ayudar a regenerar el ecosistema.
Por eso, lo que busca la movilidad sostenible es utilizar transportes que necesiten menos recursos para funcionar, que requieran menos infraestructura como zonas de parking en la ciudad y que dé lugar a nuevos espacios verdes que sigan protegiendo el medio ambiente. Con la movilidad sostenible lo que se consigue, a niveles prácticos, no solo es cuidar del planeta sino también evitar los potenciales atascos de tráfico que tanto nos molestan y los temidos accidentes, que pueden dejarnos secuelas y poner en riesgo nuestra vida.
¿Qué consigues tú apostando por la movilidad sostenible?
Una de las mejores decisiones que puedes tomar es apostar por la movilidad sostenible, de tal manera que todos encontremos un equilibrio entre el uso de recursos para desplazarnos y la capacidad del ecosistema para regenerar esos recursos que estamos consumiendo.
Piensa que, cuando te desplazas hoy en día con un coche convencional, el combustible no se regenera y los ecosistemas se siguen dañando sin darles una pausa para recuperarse. Como ya sabes, este ciclo de explotación y consumo para trasladarte no ayuda nada al planeta.
Elige con el genio del ahorro
Entonces, ¿Cuáles son los beneficios de apostar por la movilidad sostenible? Son cuatro:
- Se reduce considerablemente la cantidad de tráfico en las carreteras
- Se promueven otras formas de transporte que no dañan el medio ambiente, por ejemplo, en vez de utilizar un coche apostamos por los viajes en tren
- Se utilizan infraestructuras basadas en nuevas tecnologías y combustibles menos nocivos para el medio ambiente, aumentando así la eficiencia energética
- Se aprovechan los recursos verdes, como la electricidad y los combustibles post-fósiles
Tú también te aprovechas de un tipo de traslado que no genera atascos de tráfico, ruido y niveles de sonido dañinos. También consigues reducir la cantidad de gases que se emiten al desplazarte y permites que se creen nuevos espacios ecológicos para el medio ambiente.
Ejemplos de movilidad sostenible en el transporte de tu ciudad
Ahora que ya sabes todos los beneficios de apostar por el traslado ecológico, seguramente te preguntes cómo puede llevarse esta idea tan loable a la práctica y cómo puedes contribuir tú. Pues bien, con solo optar por usar el transporte público ya estás ayudando mucho al planeta.
Verás, si lo que busca la movilidad sostenible es reducir el tráfico, no hay nada más lógico que evitar ser un conductor más que lleve un vehículo propio por la ciudad. Cuando utilizas un bus, un tren o un tranvía, estás contribuyendo a despejar las carreteras y disminuir tanto ruido.
Además, si haces que tu forma de moverte sea a través del transporte público, estás ayudando a crear más redes de autobuses, trenes y tranvías, a fomentar la creación de tickets baratos y abonos anuales y a inspirar a otros a ser un poco más responsables en sus desplazamientos.
Otro ejemplo de movilidad sostenible es la creación de un mayor número de carriles y zonas de estacionamiento para trenes, autobuses y tranvías, en lugar de prohibir que los coches entren en el centro de las ciudades. ¡Esta última política no es bien recibida por prácticamente nadie!
Si más gente viaja en un mismo vehículo, las posibilidades de reducir las emisiones de CO2 se multiplican. Así que la movilidad sostenible busca promover el alquiler de coches, los coches compartidos y el ciclismo. Todo esto siempre pensando en desplazarte a distancias cortas.
Claves para una movilidad sostenible en las ciudades
Las claves para alcanzar una movilidad sostenible equilibrada en las ciudades no es difícil, pero exige un compromiso por parte de todos los ciudadanos. En muchas ciudades del mundo ya se están implementando algunos cambios verdes, como en Ámsterdam y en Río de Janeiro:
- Más carriles bici y zonas de circulación habilitadas solo para el transporte público. En Ámsterdam, por ejemplo, ya se han creado 400 kilómetros de carriles para las bicis, calles con muy poco tráfico y espacios compartidos ¡sin semáforos ni señales de tráfico!
- Más infraestructura de recarga eléctrica repartida por toda la ciudad para que los vehículos sostenibles que funcionan con baterías puedan tener acceso rápido a zonas de repostaje verdes. Así también se anima al uso de este tipo de transporte sostenible.
- Más sistemas inteligentes de movilidad como el de Río de Janeiro, que usa sensores, cámaras y aparatos electrónicos repartidos en zonas urbanas estratégicas para entender en qué lugares hay más tráfico y dónde se requiere transporte público.
Tampoco hay que olvidar la importancia de estimular la movilidad eléctrica a través de los ayuntamientos, con disponibilidad de bicicletas, motos eléctricas y patinetes eléctricos que no aumentan las emisiones nocivas para el planeta ni generan ruido en zonas urbanas céntricas.
