Obsolescencia programada: qué es y cómo evitarla

Aprende qué es la obsolescencia programada y cómo evitarla para prolongar la vida útil de tus productos y reducir el impacto ambiental.

¿Qué es la obsolescencia programada?

La obsolescencia programada es una estrategia empresarial que consiste en diseñar productos con una vida útil limitada, de manera que estos se vuelven obsoletos o inservibles después de un período determinado. Esto empuja a los consumidores a reemplazarlos, generando así un ciclo continuo de compra y consumo.

Tipos de obsolescencia programada

Esta práctica puede manifestarse de diversas formas:

Obsolescencia Legal

Este tipo de obsolescencia ocurre cuando una regulación o ley impide el uso continuado de un producto. Por ejemplo, la prohibición de vehículos diésel en el centro de muchas ciudades europeas busca reducir las emisiones contaminantes y obliga a los propietarios a buscar alternativas más limpias y compatibles con las normativas vigentes.

Obsolescencia Fechada

Esta se produce cuando los productos dejan de funcionar o se desactivan después de alcanzar una fecha específica, incluso si aún están en buenas condiciones. Este fenómeno obliga a los consumidores a reemplazar sus productos, aunque podrían seguir siendo útiles.

Obsolescencia Sistémica

Se presenta cuando un producto se vuelve incompatible con nuevas tecnologías o sistemas operativos. Por ejemplo, un ordenador que no puede ejecutar la última versión del sistema operativo o conectar nuevos periféricos experimenta obsolescencia sistémica, haciendo necesaria una actualización o reemplazo.

Obsolescencia Percibida

Surge cuando los cambios estéticos o de diseño hacen que los productos anteriores parezcan menos deseables para los consumidores. Por ejemplo, los diseñadores de smartphones o dispositivos móviles cambian constantemente los estilos y características, haciendo que los modelos más antiguos parezcan pasados de moda, a pesar de que su funcionalidad pueda ser muy similar a la de los modelos más recientes.

Ejemplos de obsolescencia programada

La obsolescencia programada se manifiesta en diversos puntos de nuestra vida cotidiana. Aquí te mostramos algunos ejemplos:

• Baterías insustituibles: los portátiles, smartphones, e incluso los cepillos de dientes eléctricos actuales contienen baterías de ion de litio que duran solo dos o tres años. Estas baterías no pueden ser reemplazadas por el usuario, lo que obliga a comprar un nuevo dispositivo.
• Productos irreparables: muchos artículos electrónicos se fabrican con el fin de que el usuario final no pueda repararlos ni sustituir piezas. En la mayoría de casos, las carcasas no pueden abrirse sin romperse, o las piezas están soldadas para evitar ser intercambiadas.
• Durabilidad artificial: hoy en día los se diseñan para deteriorarse rápidamente, usando materiales menos resistentes en las partes más expuestas al desgaste.
• Incompatibilidad tecnológica: con los avances a pasos agigantados de la tecnología, muchos dispositivos dejan de recibir actualizaciones, impidiendo a los usuarios actualizar aplicaciones o programas a su versión más reciente. Con el tiempo, incluso las aplicaciones antiguas comienzan a trabajar de forma más lenta, hasta el punto de no poder ser usadas.