El planeta está lleno de energía. El viento, los mares, el sol e incluso la tierra llevan consigo una gran carga energética que mantiene la vida en pleno movimiento. Concretamente, a esta energía la llamamos energía no convencional y podría formar parte de un futuro más verde.
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¿Cuáles son las fuentes de energía no convencionales?
Las energías no convencionales son todas las que provienen de fuentes naturales. Se consideran virtualmente inagotables, ya sea por la enorme energía que almacenan como por su capacidad para regenerarse solas. El sol, el agua y el viento son algunos ejemplos.
Lo que más te interesa saber sobre las fuentes de energía no convencionales es que, si bien no son las más utilizadas hoy en día, son las menos contaminantes para el planeta. Por tanto, están en el ojo de mira de las sociedades actuales que buscan crear un futuro sostenible.
Una de las razones por las que aún no se han adoptado estas fuentes poco comunes se debe a lo costosa que es la producción y a sus particularidades energéticas. Pero no creas que está todo perdido: empresas como AES están trabajando en generar más energía no convencional.
Esta noticia es muy importante, ya que podríamos reducir la producción y consumo de otros tipos de energía más contaminantes, como la combustión de carbón. A cambio, podríamos obtener calor y electricidad de la energía solar térmica, eólica, mareomotriz y muchas más.
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¿En qué se diferencian de las convencionales?
Mientras que las energías no convencionales son aquellas energías sostenibles que, como regla general, pueden reciclarse naturalmente y son prácticamente inagotables, las energías convencionales son las energías no renovables que tienen un consumo natural limitado.
Como ya te habrás imaginado, las energías no convencionales no contaminan mucho, pero las energías convencionales son bastante perjudiciales para el planeta. Los combustibles fósiles y los combustibles nucleares generan más emisiones y residuos que las energías renovables.
Sin embargo, hoy en día las energías convencionales constituyen más o menos el 80% del recurso energético global. La mayoría de la infraestructura, la maquinaria de extracción y las instalaciones están construidas para producir energía no sostenible desde hace muchos años.
No podemos decir lo mismo de las fuentes de energía no convencionales, cuyas instalaciones todavía necesitan mejorarse y dependen totalmente de ciertos tipos de climas. La parte positiva, de todas formas, es que estas fuentes se encuentran en cualquier parte del mundo.
Usos y aplicaciones de las energías no convencionales
Ya sabes que la energía no convencional es poco común y nada fácil de producir, pero hoy en día hay instalaciones que están empezando a generar recursos energéticos sostenibles para mejorar el medioambiente y dejar atrás la dependencia de las energías convencionales:
La energía solar
La energía solar es la que proviene de la luz del sol. Es una fuente de energía sostenible que surge de la radiación electromagnética y apenas produce contaminación en la atmósfera. Más concretamente, podemos distinguir entre la energía solar pasiva, térmica y fotovoltaica.
Para generar esta energía se utilizan paneles fotovoltaicos que absorben la radiación solar y la transforman en electricidad. Esta electricidad se puede destinar tanto a viviendas como a empresas, fábricas, instituciones públicas y privadas, alumbrado y muchas actividades más.
La energía eólica
La energía contenida en el viento o las corrientes de aire es la que llamamos energía eólica. Se usa para generar electricidad a partir del giro de unas aspas que acciona un alternador. Esta electricidad se usa para bombear y calentar agua y para el alumbrado, entre otras actividades.
La energía mareomotriz
La energía que se obtiene del movimiento de las olas la llamamos energía mareomotriz, y básicamente lo que se produce es electricidad cuando llegan las mareas. Este tipo de energía es óptima para proveer recursos eléctricos a pequeños poblados o a fábricas industriales.
La energía hidráulica
La energía que produce el agua y los ríos la llamamos energía hidráulica. Para eso se instalan centrales hidroeléctricas que producen electricidad sostenible para algunos sectores concretos, por ejemplo el sector químico, textil, siderúrgico, del cemento, entre otras muchas industrias.
La energía geotérmica
La energía que se obtiene del calor que almacena el interior de la Tierra se llama energía geotérmica y suele usarse para calentar muchas viviendas. Por ejemplo, puede utilizarse la energía geotérmica como calefacción, suelo radiante, agua caliente sanitaria y otras cosas.
Los invernaderos, las granjas y las instalaciones de agricultura pueden lucrarse de la energía geotérmica para activar las calefacciones. También se puede aprovechar este recurso energético para el secado de productos agrícolas y para subir la temperatura de las piscinas.
La biomasa
La biomasa proviene de la energía del sol, pero también se almacena en materia orgánica como restos de frutos secos, ramas y hojas caídas. Este recurso energético es el más interesante hoy en día y es el que podría sustituir las energías convencionales en el futuro.
La energía que llamamos biomasa abarca tanto la producción eléctrica y térmica como la de biogases y biocombustibles. Tanta versatilidad la hace potencialmente exitosa frente a otras energías que generan demasiados gases tóxicos, especialmente los combustibles fósiles.
