Fue en el año 1962 cuando se inventó la primera luz LED y, desde entonces, los diodos emisores de luz han ido perfeccionando poco a poco su capacidad de rendimiento lumínico hasta conseguir iluminar completamente cualquier ubicación interior y exterior.
De hecho, las ventajas de usar luces LED son tantas y tan importantes que en octubre de 2020 se celebró el 58 aniversario de la invención de Holonyak. Gracias a las luces LED no solo ahorramos en las facturas eléctricas y aprovechamos sus cualidades ecológicas, sino que también descubrimos una mayor productividad y eficacia cuando se trata de maximizar los recursos energéticos.
Analicemos la lista completa de beneficios de las luces LED.
Índice de Contenidos
Ventajas de la iluminación LED
En la actualidad, encontramos una variedad de formas de iluminación LED en casi todas partes, como cocinas, jardines, supermercados o incluso carteles publicitarios. ¿Por qué todo el mundo se decide por la sencillez y personalización que ofrecen las luces LED?
Son más eficientes energéticamente
Puesto que las luces LED disponen de diodos emisores de luz y no filamentos, cuentan con una capacidad eficiente muy alta porque el consumo energético que necesitan para funcionar es entre un 80 y 90% menor en comparación con el resto de luces tradicionales.
El beneficio detrás de una eficiencia energética tan impresionante es que podemos llegar a ahorrar un 90% más en nuestras facturas de luz que con una lámpara halógena. Sin duda, invertir en luces LED conlleva una amortización alta que apreciaremos cada mes.
Vida útil de las luces LED
La vida útil de las luces LED, de hasta 50.000 horas, es otro factor positivo a tener en cuenta. Esto supone un gran salto frente a una bombilla convencional, con una duración de 2.000 horas, ya que contaremos con 17 años de iluminación sin reponer las luces LED.
El motivo por el que una luz LED tiene una vida útil tan prolongada se debe a que esta opta por bajar la intensidad lumínica conforme va perdiendo potencia, al contrario que el resto de luces tradicionales, que simplemente dejan de funcionar al agotar las 2.000 horas.
Son más seguras
Una ventaja notable de apostar por las luces LED es que estas funcionan con corriente continua de baja tensión, por lo que evitaremos las peligrosas electrocuciones y las descargas eléctricas cuando estemos manipulando las bombillas y tiras en nuestra casa.
Además, la iluminación LED no contiene mercurio y por eso no contamina el medio ambiente, lo que la convierte en un recurso lumínico completamente ecológico.
A esto hay que sumarle los pocos riesgos que las luces LED tienen sobre nuestra salud y la salud del resto de seres vivos en el mundo, ya que su iluminación es monocromática y, por lo tanto, no usan iluminación infrarroja ni ultravioleta para evitar las emisiones de CO2.
Encendido instantáneo
Las luces LED se encienden y apagan de forma instantánea, sin que la calidad lumínica se vea comprometida ni haya que esperar a que la intensidad de la iluminación alcance su punto máximo, al contrario que ocurre con cualquier iluminación fluorescente compacta.
Por lo tanto, el encendido y apagado instantáneo de las luces LED permite que todos los lugares requeridos se iluminen al momento y sin tener que graduarse manualmente. Uno de los factores más beneficiosos de esta característica es que no afecta a su eficiencia.
Alto índice de reproducción cromática
Gracias a la avanzada tecnología lumínica de las luces LED, estas alcanzan el nivel 90 en el Índice de Reproducción Cromática, en comparación con el nivel 44 de la luz halógena.
El índice de Reproducción Cromática alto significa que las luces LED consiguen reproducir satisfactoriamente los colores de los objetos que iluminan de manera muy similar a como lo haría una fuente de luz natural, sin producir resplandores ni efectos estroboscópicos.
Son regulables y versátiles
Al contrario que las luces fluorescentes, las luces LED pueden instalarse libremente en zonas donde la temperatura puede llegar a alcanzar los -40ºC, como es el caso de las cámaras frigoríficas, gracias a su tecnología inteligente y versátil.
Puesto que la iluminación LED es capaz de adaptarse a cualquier requisito en interiores y exteriores gracias a su capacidad para regular la intensidad lumínica a través de timers o sensores de movimiento, podemos sustituir la iluminación incandescente o fluorescente.
Cabe aclarar que no todas las bombillas LED son regulables, pero esto vendrá indicado en la etiqueta de características del producto. En los casos en que una bombilla LED sea regulable, observaremos que cuentan con dos tipos de regulaciones: PWM o CCR.
La regulación PWM se refiere a que la corriente nominal del flujo eléctrico de la bombilla LED pasa de estar a cero a tener una frecuencia muy elevada. La regulación CCR funciona de manera gradual, adaptando la corriente según la luz LED se atenúa o intensifica.
Son fáciles de instalar y manipular
Las luces LED no solo tienen una vida útil que alcanza las 50.000 horas completas, sino que también se instalan de forma muy sencilla porque cada bombilla está conformada por cables de calibres menores para no necesitar demasiados sistemas de cableados.
Eligenio: Elegir bien, es genial
Como cada instalación de las bombillas LED es fácil y rápida, es ideal utilizarlas en lugares de acceso restringido o en aplicaciones eléctricas de manipulación complicada.
También conseguimos perder menos tiempo en cuestiones de mantenimiento porque, una vez están instaladas, no tenemos que dedicarnos a reemplazar cada bombilla LED de manera tan frecuente como sí que habría que hacerlo con todas las bombillas halógenas.
Como se puede ver, las luces LED pueden ser una gran alternativa para iluminar tu hogar. ¡Esperamos haberte ayudado a tomar una decisión con este artículo!