¿Qué es la energía reactiva?
La energía reactiva es aquella que se genera mediante el funcionamiento de aparatos eléctricos como motores o transformadores, los cuales utilizan bobinas para transformar la energía en campos electromagnéticos.
Este tipo de energía es común en las grandes industrias y también aparece en puntos de suministro domésticos. La energía reactiva se mide en kVarh (kilo voltio-amperio reactivo hora y se puede encontrar comúnmente en ascensores, los fluorescentes y la maquinaria industrial.
Aquellos puntos de suministro que generen energía reactiva recibirán una penalización económica estipulada en el Real Decreto 1164/2001 que será aplicada por la distribuidora eléctrica de su zona.
¿Cómo se mide la energía reactiva?
El factor de potencia es el encargado de medir la energía reactiva sobre la activa. Dicho de otra forma, este mide la eficiencia del consumo eléctrico realizado.
De esta forma, el factor de potencia supone el ratio de energía activa respecto a la energía aparente (suma total de las energías activa y reactiva), es decir, mide el total de la energía activa consumida sobre la energía reactiva.
¿Se puede evitar la energía reactiva?
La energía reactiva es la causante de la descompensación de la instalación eléctrica, además de provocar que los aparatos eléctricos funcionen con un menor rendimiento, así como provocar caídas de tensión y volatilidad en la red eléctrica.
Debido a esto, las compañías eléctricas añaden un recargo económico en aquellos puntos de suministro que cuentan con energía reactiva. De hecho, si se produce un consumo de más del 33% de energía reactiva mensual los usuarios pueden recibir una penalización mayor.
Pero, ¿es posible evitar la energía reactiva? La mejor forma de lograrlo es instalando baterías de condensadores que neutralizan o minimizan la producción de energía reactiva.
