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¿Se puede enfriar la casa sin aire acondicionado?
Estos últimos veranos hemos sufrido olas de calor que parecían interminables y hemos tenido que hacer un uso prolongado de los aires acondicionados. Esto, sin duda, con el precio de la energía actual es un problema. Por eso, ante la llegada de las altas temperaturas y la necesidad de ahorrar en la factura de la luz, es conveniente conocer que se puede enfriar la casa sin aire acondicionado.
Si bien el aire acondicionado es el aparato que más fácil hace soportar las altas temperaturas del verano, este supone un incremento bastante elevado en el recibo de la luz, ya que realiza grandes consumos de energía.
Además, existen hogares que aún no cuentan con dispositivos de aire acondicionado, por lo que es ventajoso saber de antemano qué trucos se pueden utilizar para refrescar las estancias de la vivienda sin hacer uso del aire acondicionado. Para ello, a continuación vamos a explicar una serie de consejos muy efectivos y sencillos que podrás poner en práctica para lograr ambientes más frescos en el hogar.
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Cómo enfriar una habitación de forma casera
Como veníamos diciendo, enfriar una habitación de forma casera es posible si sabemos de antemano una serie de trucos muy sencillos. Si no quieres pasar calor este verano y al mismo tiempo buscas ahorrar en tu factura de la luz, pon en práctica estos siete consejos que te proporcionamos a continuación
Baja las persianas y cierra las cortinas
Este es el consejo más importante y el que primero debe llevarse a cabo. Las persianas deben mantenerse cerradas en las horas del día en que la casa recibe la luz directa del sol, ya que así evitamos que los rayos del sol incidan directamente en las ventanas y, por tanto, estamos evitando que aumente el calor en el interior.
Para lograr una temperatura lo más baja posible durante el verano lo mejor será bajar las persianas y cerrar los estores o cortinas durante el día y volver a subirlas al caer la noche. Así no solo estaremos haciendo que los potentes rayos del sol no entren en las estancias de la vivienda, si no que estaremos reduciendo la temperatura ambiente hasta 6 grados.
Elige tejidos frescos
Otra muy buena opción cuando queremos adaptar nuestro hogar al caluroso verano es apostar por el uso de tejidos más frescos.
Algunos tipos de textiles que usamos en nuestro día a día son textiles gruesos pensados más para las épocas frías, por lo que conviene hacer un cambio de textiles en cojines, ropa de cama e incluso alfombras antes de la llegada del calor.
Para obtener una mayor frescura y comodidad, lo más aconsejable es vestir la cama con tejidos naturales y transpirables como la seda o el lino para poder regular manera de forma más sencilla la temperatura corporal. Al igual que hacemos un cambio de textiles en verano, es importante reemplazar el edredón de la cama por un edredón ligero o una colcha de tonos claros, ya que así evitaremos dormir con calor.
Ventila tu hogar a la hora adecuada
Para lograr una frescura constante en nuestra vivienda con la llegada del verano es necesario renovar el aire de las estancias ventilando la casa.
No planches ni cocines en el horno
Tener encendido cualquier tipo de electrodoméstico en el interior de nuestro hogar siempre es una fuente de calor constante. Por eso, para mantener a baja temperatura nuestro hogar sin la ayuda del aire acondicionado, lo mejor es acortar el uso de los electrodomésticos en la medida de lo posible.
Cuanto más electrodomésticos tengamos funcionando, más calor estaremos generando. Por esto es aconsejable intentar mantenerlos apagados, sobre todo aquellos electrodomésticos que consumen mucha energía como los ordenadores o que generan mucho calor como el horno.
De igual forma, se debe evitar mantener apagadas las luces. Esto no solo permitirá un ahorro significativo en el recibo de la luz, sino que también contribuirá a disminuir la temperatura. Esta práctica debe emplearse especialmente con los focos halógenos debido a que estos se calientan mucho y aumentan el calor acumulado en el aire de las estancias.
Crea corrientes de aire
Otro de los métodos más eficientes si se desea disminuir el calor del hogar es ventilar las estancias para crear corrientes de aire.
Lo más sencillo para mantener siempre frescas las habitaciones de nuestra vivienda en los meses de más calor es abrir las ventanas al caer la noche, ya que en este momento del día es cuando más descienden las temperaturas, incluso cuando es verano.
Para crear corrientes naturales de aire durante la noche lo mejor es abrir dos ventanas contrapuestas, ya que de otra forma no se podrá dar una corriente de aire. Es decir, debemos saber diferenciar cuáles son las ventanas por las que entra y sale el aire en nuestro propio hogar.
Siguiendo este consejo, hay que abrir por completo aquellas ventanas donde sale el aire y abrir mínimamente las ventanas por las que entra el aire. De esta forma se logrará una buena corriente de aire.
Elige las plantas adecuadas
Una de las opciones menos conocidas para refrescar la casa en verano es la de hacer una buena selección de plantas tanto en el interior como en el exterior de la vivienda.
Además de tener una gran función decorativa en nuestro hogar, las plantas de interior, sobre todo las plantas que albergan hojas grandes, son capaces de ayudar a refrescar una estancia si se riegan siempre cada noche.
En cuanto al exterior, si cuentas con plantas en tus ventanas o terraza, no te olvides de ellas y riega sus hojas y flores por la noche para refrescar el ambiente. En las fachadas, dejar que crezcan las hiedras o enredaderas también es una buena manera de evitar que el calor se pegue a la misma y, como resultado, se evita que entre más calor en la vivienda.
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Pon hielo delante del ventilador
Cuando hace demasiado calor, es normal encender el ventilador como último recurso para paliar el intenso calor veraniego.
Pese a que este aparato no tiene la función de refrescar como tal, que mueva el aire de la estancia puede ayudar a deshacernos del calor contenido en la misma. Igualmente, para ayudar a que enfríe el aire, podemos colocar un cuenco con hielo y sal gruesa a una distancia prudente para no estropear el dispositivo. Así, de una forma tan simple conseguiremos que el aire entre en contacto con el hielo y se enfríe ligeramente.
