Hace décadas que se lleva estudiando la posibilidad de instalar placas solares en el espacio. Esta teoría permitiría absorber la luz del sol sin obstáculos terrestres y obtener energía limpia, pero ¿es posible llevarla a la práctica? ¿Qué avances se han hecho?
El mayor problema actual es que el consumo energético está en alza en todo el mundo. Un informe de la Universidad de Oxford explica que, hoy en día, se consume una media de 160.000 TWh al año, donde el 80% del suministro proviene del carbón, el gas y el petróleo.
En unos tiempos en que la energía solar genera menos del 1% del suministro actual, se ha vuelto crucial crear medidas eficientes que permitan abastecer a las sociedades con energía renovable. Por suerte, las inversiones para este fin fueron del 600% entre 2004 y 2015.
En este post veremos qué entendemos por la instalación de placas solares en el espacio, qué se espera conseguir de ellas y hasta qué punto son viables en un futuro cercano, de acuerdo a los últimos proyectos e investigaciones de la NASA y otros organismos.
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¿Cómo funciona la energía solar espacial?
La energía solar espacial es una estrategia en vías de desarrollo que permitiría obtener la energía sostenible y nueva del sol a base de instalar unas placas solares en el espacio. La manera de conseguir esta meta sería colocando los paneles en órbita geoestacionaria.
Aunque una estrategia así se lleva planeando desde los años 70, por entonces el proyecto era costoso y no había tantos conocimientos tecnológicos como en la actualidad. Hoy en día, los avances de la tecnología y el alcance de la red permiten preparar el proyecto.
Lo más interesante de colocar placas solares en el espacio es que la luz estaría en contacto con los módulos prácticamente cada hora del día, sin problemas que dificulten el funcionamiento de las placas, como las nubes o las condiciones atmosféricas adversas.
Por eso los investigadores buscan obtener la energía solar en el espacio para transmitirla a una estación en tierra y luego distribuirla por la red con la ayuda de las microondas y los láseres. El decaimiento de las energías no renovables exige hacer un trabajo exhaustivo.
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¿Son viables los paneles solares alrededor del sol?
Desde que en el año 1968 el científico Peter Glaser, de la NASA, anunciara la estrategia de introducir paneles solares en el espacio para abastecer al planeta con energía renovable, se han creado numerosos proyectos e investigaciones que harían viable esta estrategia.
La razón por la que a partir de 1999 se empezaron a hacer más viable los proyectos en órbita se debe al interés medioambiental y energético y a los avances tecnológicos. En una década, los nuevos paneles solares en el espacio podrían emitir entre 7 y 10 kWh.
Pero para que tales avances sigan desarrollándose con un propósito exitoso, es necesario centrarse en fabricar componentes fotovoltaicos y electrónicos que soporten las temperaturas altas del espacio, con la ayuda de unos sistemas concentradores especiales.
Además, los proyectos de paneles solares en órbita son más viables si se construyen sistemas de transmisión energética más precisos, que destaquen por su eficiencia y seguridad y eviten los riesgos dañinos que caracterizan a la tecnología de microondas.
De cara a la instalación de paneles solares en el espacio, la integración de sistemas de transmisión energética con un sistema de microondas totalmente seguro es importante para que tampoco haya problemas de interferencias y se aproveche toda la energía posible.
Por eso es que uno de los desarrollos que están haciendo este proyecto ambicioso cada vez más viable es la colocación de estaciones de tierra en zonas alejadas de las ciudades. Bajar el coste de la infraestructura espacial también haría más viable el proyecto.
Avances y experimentos de la energía solar en el espacio
Actualmente se han hecho muchos avances en la investigación para conseguir energía solar instalando paneles solares en el espacio. Ya existen muchas iniciativas que necesitan apoyo económico para desarrollarse, especialmente en territorio estadounidense.
Por ejemplo, un proyecto de la NASA liderado por John C. Mankins ya demostró que la energía se podía transmitir con las microondas a partir de un experimento realizado entre Maui y Hawai. En el espacio, este experimento costaba 5.000 millones de euros.
En California la empresa privada Space Island fabricó unos satélites solares con el objetivo de captar la energía del astro, mientras que en 2010 se consideró la posibilidad de que la Estación Espacial Internacional sirviera como plataforma para probar el sistema.
Dos años después, el Departamento de Defensa de Estados Unidos y empresas europeas publicaron el inicio de un proyecto que buscaba poner en órbita unos paneles solares que deberían ser capaces de distribuir energía a una media de 1000 viviendas.
Fuera de Estados Unidos y Europa, la Agencia de Exploración Aeroespacial, la JAZA y el Instituto Universitario de Ingeniería Láser en Japón continúan investigando la instalación espacial de un sistema de colectores gigantes, capaces de absorber energía solar.
Este proyecto está pensado desarrollarse a partir del año 2030. Si todo saliera bien, sería posible abastecer a medio millón de casas con energía solar absorbida en órbita.