Hace más de dos décadas se ideó un concepto que revolucionó la forma en que convivimos con nuestro ecosistema. La agrivoltaica pretende favorecer los recursos naturales al potenciar el rendimiento de la tierra. Veamos sus beneficios y los usos que podemos darle.
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¿Qué es la agrivoltaica?
La agrivoltaica es la simbiosis de la agricultura y la energía fotovoltaica. Se refiere al uso de una parcela de terreno tanto para instalar paneles fotovoltaicos y producir energía renovable como para realizar, a la vez, una variedad de actividades ganaderas y de cultivo.
El objetivo de la agrivoltaica, que también se conoce como agrofotovoltaica, es combatir el calentamiento global y frenar el cambio climático con propuestas que se adapten mejor al bienestar del planeta. Los productos agrícolas y la luz solar se generan en el mismo terreno.
Al aprovechar la energía solar en tierras agrícolas se potencia el rendimiento de los terrenos. De hecho, un estudio de Nature que se publicó en 2022 nos explica que la demanda energética global podría llegar a colmarse con el 1% de las parcelas con paneles.
Beneficios de la agrivoltaica para el medio ambiente
El principal beneficio que tiene la agrivoltaica es medioambiental, ya que se reduce el efecto de los gases invernaderos. Pero hay muchas otras ventajas que merecen mencionarse:
Mayor rendimiento de los terrenos
La preparación de una parcela de tierra para instalar una infraestructura fotovoltaica que produzca energía solar mientras se llevan a cabo actividades agrícolas y ganaderas permite que no se erosione tanto el suelo ni se perjudique la biodiversidad, entre otras cosas.
Además, la práctica de la agrivoltaica genera tierras más fértiles y eficientes, especialmente porque las sombras que los paneles fotovoltaicos crean sobre la superficie bajan las temperaturas y reducen la evaporación, aumentando hasta el 30% el valor de la parcela.
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Aprovechamiento de las zonas de sombra
La agrivoltaica también potencia la producción de cultivos gracias a las sombras que crea la infraestructura fotovoltaica en el terreno, sobre todo en regiones donde el clima es cálido. El sombreamiento resulta ser una ventaja para los huertos frutales y muchas hortalizas.
Además del sombreamiento, se han publicado nuevos estudios en Earth’s Future con la colaboración de científicos de la Universidad de California en Davis, que demuestran que el espectro lumínico del sol también podría contribuir al desarrollo de las plantas de cultivo.
Las sombras de los paneles solares sobre la tierra, ya sean totales o parciales, reducen tanto los daños en el ecosistema y la biodiversidad como el consumo de agua. De llegar a aprovecharse bien, las sombras mejoran la producción agrícola y protegen la ecosfera.
La práctica agrivoltaica en España, Grecia e Italia ha probado que las sombras de las placas fotovoltaicas aumentan hasta el peso de las hortalizas y frutas de las huertas. Por ejemplo, los pimientos y el aloe vera crecieron un 30% más en terrenos agrivoltaicos.
Estos datos positivos no se presentan en parcelas donde no hay instalaciones solares. Por si fuera poco, el sombreamiento también disminuye el estrés de las huertas provocado por el exceso de radiación solar. La conclusión es que las sombras cuidan de la tierra fértil.
Aumento de la producción eléctrica y de consumo
La combinación de la producción de energía solar y las actividades ganaderas y agrícolas en un mismo terreno también ha demostrado ser beneficiosa para aumentar la producción de electricidad y su consumo, lo cual potencia una economía mucho más sostenible.
Las facilidades que están poniendo los organismos públicos para instalar infraestructuras fotovoltaicas en el sector agroalimentario ayudan a crear una industria agrivoltaica que no dependa de la red eléctrica al aprovechar la luz solar en las horas diurnas de más trabajo.
En los últimos años, el coste de producción de energía eléctrica verde se ha vuelto más económico y la instalación de paneles solares en terrenos agrícolas empieza a ser más rentable que nunca. La producción de energía solar podría satisfacer la demanda global.
Por último, la energía que generan los paneles solares en la industria agrivoltaica podría almacenarse en baterías para consumirse en otros momentos del día y para otros fines.
Usos de la producción agrivoltaica
La producción agrivoltaica tiene una variedad de usos versátiles que favorecen nuestro entorno y la rentabilidad de las infraestructuras fotovoltaicas, agrícolas y ganaderas:
- Producción de electricidad y cultivos: Este es el uso más habitual que se hace de la práctica agrivoltaica, que consiste en aprovechar un terreno para cultivar huertos frutales, hortalizas y cereales al abrigo de las sombras de la instalación fotovoltaica.
- Producción de electricidad y agua dulce: Este triple uso suele aplicarse en tierras de costa y consiste en aprovechar la energía de las placas solares para desalinizar el agua del mar. A su vez, el agua se usa para regar los cultivos y dar de beber.
- Producción de electricidad y pastos: Este uso es común en regiones con climas perjudiciales para las tierras fértiles. Se trata de aprovechar el terreno que hay bajo los paneles fotovoltaicos como pasto para así alimentar los animales del ganado.
En conclusión, la práctica agrivoltaica en todo el mundo resulta en un modelo sostenible que protege el ecosistema y la biodiversidad, para un futuro inclusivo y una mejor economía.
