¿Qué es la capa de ozono?
Llamamos capa de ozono a una de las capas que forman parte de la atmósfera terrestre. La atmósfera contiene un gran conjunto de gases que rodean al planeta, como el ozono, el oxígeno o el dióxido de carbono entre otros. El ozono es un gas que se compone mediante tres átomos de oxígeno, mientras que el oxígeno que respiramos solo contiene dos.
La capa de ozono es una de las defensas naturales de la Tierra, que la protege de la tormenta de energía que atraviesa el espacio, además de que se encarga de filtrar la radiación ultravioleta, minimizando su impacto de llegada a la superficie terrestre.
La radiación ultravioleta es muy dañina, siendo capaz de estropear las células vivas y su material genético. Además, cuanto más corta es su longitud de onda, más capacidad de daño alberga. Es por esto que la capa de ozono es un elemento imprescindible para que exista vida tal y como la conocemos, ya que se encarga de absorber los rayos ultravioleta y frena la radiación para que no penetre en la tierra.
¿Dónde se encuentra la capa de ozono?
La capa de ozono se encuentra en la estratosfera, a una distancia de unos 15-30 km de la superficie terrestre. Esta capa está formada por moléculas de O3 (ozono) que únicamente pueden desarrollarse a esta altura y que tienen la función principal de absorber los rayos ultravioleta B.
Consecuencias de la destrucción de la capa de ozono
La utilización de aerosoles, fungicidas, refrigerantes y otros productos con compuestos químicos dañinos supone un aumento de la concentración de bromo y cromo en la estratósfera, afectando directamente a la capa de ozono y disminuyendo su capacidad de filtración de la radiación ultravioleta a la superficie terrestre, afectando seriamente a nuestra salud.
Las principales consecuencias de la destrucción de la capa de ozono son las siguientes:
- Graves problemas de salud en los humanos: como cáncer de piel a causa de la exposición a la radiación UV-B, reducción del sistema inmunológico para que nos proteja adecuadamente de enfermedades infecciosas, aumento de la aparición de cataratas y presbicia, así como un incremento de los problemas respiratorios a causa del aumento del O3 en las capas bajas de la atmósfera.
- Estragos en los ecosistemas terrestres y marinos: las radiaciones UV-B afectan al fitoplancton presente en los océanos, reduciendo su población y además también altera el desarrollo de muchas especies vegetales.
