¿Qué es el carbón y cómo se forma?
El carbón es una roca sedimentaria organógena de color negro que está formada por elementos como el hidrógeno, azufre, nitrógeno y óxigeno. Esta roca es utilizada comúnmente como combustible fósil para la obtención de energía.
El carbón se originó en la era Paleozoica, concretamente en el periodo Carbonífero, a causa de la muerte de los grandes bosques de helechos y demás componentes orgánicos que iban quedando sepultados en el suelo de las zonas pantanosas, lo que originaba el proceso de carbonificación y daba lugar al carbón mineral natural.
Usos del carbón en la actualidad
Los usos más comunes del carbón hoy en día son variados:
- Como combustible fósil: actualmente el carbón se utiliza como combustible para producir energía eléctrica en varias industrias, como puede ser el caso de las centrales hidroeléctricas, que utilizan el carbón para poner en funcionamiento sus turbinas generadoras de energía eléctrica.
- Como combustible para diferentes tipos de transportes: otro uso extendido del carbón es el de como combustible para vehículos como trenes, autobuses o coches gracias a que el carbón es capaz de transformarse en un gas o líquido sintético mediante procesos químicos.
- Para usos domésticos: el carbón es un elemento con grandes propiedades caloríficas, lo cual permite que se haga un uso del mismo para obtener, mediante su combustión, calor con el que poder cocinar u obtener un sistema de calefacción.
- Aplicaciones en la industria farmacéutica y química: el carbón es un compuesto muy común en los productos químicos y farmacéuticos, sobre todo en los de uso diario, como los jabones, aspirinas, nylon, colorantes y muchos más.
- Fabricación de fertilizantes: muchos de los fertilizantes usados en el sector de la agricultura cuentan con una base de amoníaco, el cual se mezcla con el carbón descompuesto en forma de monóxido de carbono e hidrógeno gaseoso.
Otras alternativas al carbón
Si bien es cierto que mediante el uso de carbón es posible lograr una gran obtención de energía, este elemento también alberga un gran factor contaminante debido a que su quema produce importantes emisiones de CO2 y, por lo tanto, contribuye a incrementar las causas del cambio climático.
Por eso es necesario tener en cuenta otras alternativas más limpias y renovables como el hidrógeno, el cual se está comenzando a utilizar con más frecuencia gracias a que no genera ningún tipo de emisión contaminante.