Las placas solares se han vuelto cada vez más interesantes para producir electricidad en las viviendas y las empresas, ya que nos ayudan a ahorrar dinero en las facturas de luz y a cuidar del medio ambiente, a partir de generar energía de autoconsumo renovable.
Por eso, es normal que, antes de invertir en esta instalación, queramos saber cuánto dura una placa solar y qué podemos hacer para extender al máximo su capacidad de producción.
Cuestiones como los materiales, el clima, las temperaturas y los cuidados que nosotros proporcionamos a los paneles fotovoltaicos son determinantes para asegurar el buen estado de los módulos. Veamos a continuación todo lo que tenemos que saber al respecto.
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¿Cuál es la duración de las placas solares?
En la mayoría de los casos, las placas solares tienen una vida útil media de 25 años, aunque se puede ampliar hasta los 30 años con un buen mantenimiento específico.
No obstante, hay que tener en cuenta que, una vez superado este periodo de tiempo, no quiere decir que las placas solares dejarán de funcionar completamente sino que veremos un descenso progresivo en su capacidad de rendimiento.
En cualquier caso, su capacidad de producción sí que se mantendrá óptima, y seguirá superando el 70%. Solo la potencia se verá comprometida por el desgaste de las células.
¿Qué afecta al rendimiento de las placas solares con los años?
Hay varias razones por las que el rendimiento de nuestra instalación fotovoltaica se puede ver comprometida con el paso del tiempo. Es importante conocerlas todas para saber qué hacer en caso de que los módulos solares estén en riesgo de perder rentabilidad.
Factor 1
El factor principal que afecta al rendimiento de las placas solares es la degradación, que podemos medir con un porcentaje de reducción del rendimiento anual.
Así pues, la tasa de degradación es de 0,5% cada año, por lo que las placas solares seguirán produciendo electricidad al 85% de rendimiento aproximadamente, incluso después de pasar los 25 años desde que se instaló el equipo fotovoltaico en nuestra vivienda.
Claro que este factor depende también de la calidad tecnológica de las placas solares. Por ejemplo, las placas solares de SunPower tienen una tasa aún más baja (0,3%) y, pasados los 25 años desde que se instalan, su capacidad de producción es superior al 90%.
Si buscamos determinar cuál es la capacidad de producción de nuestra instalación al cabo de unos años, basta con multiplicar la tasa de degradación por los años que queramos y, seguidamente, tendremos que restar el número resultante al 100%.
Factor 2
La temperatura y las condiciones climatológicas son factores que ponen a prueba la capacidad de producción de una instalación fotovoltaica. Por ejemplo, si las temperaturas son muy altas (por encima de 30ºC), afecta negativamente al rendimiento de las placas.
En cambio, las temperaturas que se mantienen en los 25ºC son óptimas para un adecuado funcionamiento de los paneles solares. Tampoco son recomendables los días con viento fuerte, los cielos nublados ni la nieve al dañar la capacidad de producción de los módulos.
Es indispensable tener en cuenta que hoy en día las instalaciones fotovoltaicas están cada vez más preparadas para enfrentarse a estos problemas meteorológicos, como viene indicado en el Coeficiente de Temperatura de Potencia de la ficha técnica de las placas.
El Coeficiente de Temperatura de Potencia muestra el porcentaje de disminución de la potencia por cada grado que sube. Si el porcentaje es bajo, las placas son más resistentes.
Factor 3
El último factor que pone en riesgo la producción de las placas solares es el conjunto de materiales que componen los módulos, ya que si la calidad de los mismos es superior, la instalación será más resistente y producirá energía de manera más efectiva y constante.
El inversor, el cableado y la batería también deberían ser de la máxima calidad posible. De otra forma, el rendimiento de las placas solares cae hasta un 20% y la vida útil se acorta.
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¿Se puede ampliar la vida útil de las placas solares?
Una vez que sabemos cuánto dura una placa solar, también debemos conocer que la vida útil se puede ampliar, a pesar de que ya de por sí son módulos duraderos capaces de soportar todo tipo de inclemencias atmosféricas y golpes.
Para conseguir extender la durabilidad de nuestra instalación solar, simplemente tenemos que ocuparnos de mantener el buen estado de la misma para que la tasa de degradación sea más baja cada año y el rendimiento permanezca estable durante más tiempo.
Hay dos maneras en que nos aseguraremos de que la instalación está en buen estado:
Limpiar la suciedad de las placas
Desde el primer momento en que se instalan las placas solares, el instalador se asegura de que no haya ningún objeto ni partícula ensuciando o dando sombra a los módulos, ya que esto entorpece y debilita el funcionamiento de los paneles fotovoltaicos.
Por eso, es crucial seguir esta práctica de cuidado de la instalación a lo largo de los años para prevenir un deterioro acelerado de la rentabilidad de los módulos. Tendremos que ver que no se producen daños físicos en las placas y las limpiaremos una vez al año.
Hacer revisiones regularmente
Otra medida que podemos tomar para asegurarnos de que nuestras placas solares se mantienen en buen estado y prolongar así su vida útil, es hacer que el instalador las revise. Mediante un examen regular el instalador observará posibles problemas potenciales.
Entre estos problemas se encuentran cables en mal estado, que están expuestos a la intemperie y otros elementos que se han soltado de su ubicación normal. Este trabajo debe hacerlo un profesional que no ponga en riesgo la calidad de los módulos al dañarlas.