Las instalaciones fotovoltaicas aisladas son un gran recurso para aquellos inmuebles que no se encuentren conectados a la red eléctrica.
Estas instalaciones son un gran recurso para aquellos hogares que se sitúen en el entorno rural y no tengan acceso al suministro de electricidad. Por ello, este método va encaminado hacia un modo sostenible de consumir energía desde una fuente renovable.
En este artículo podrás descubrir en profundidad en qué consiste una instalación fotovoltaica, sus diferencias con una instalación de autoconsumo conectada, cuáles son sus usos y cuál es el proceso para calcular la instalación del sistema fotovoltaico.
Índice de Contenidos
¿Qué es una instalación fotovoltaica aislada?
Las instalaciones fotovoltaicas aisladas suponen un gran recurso para abastecer de electricidad un inmueble que se encuentre aislado del suministro eléctrico. Se trata de un sistema que genera corriente eléctrica sin necesidad de estar conectado a la red.
Este sistema, normalmente, almacena la energía eléctrica en baterías o acumuladores solares, que se pueden usar para consumir electricidad durante un período de tiempo determinado.
Este tipo de instalaciones fotovoltaicas resultan una gran opción para aquellos entornos rurales como chalets, fincas o casas en el campo que no disponen de una conexión a la red eléctrica o el coste para efectuar una instalación fotovoltaica resulta muy elevado.
Las instalaciones fotovoltaicas aisladas cuentan con una serie de ventajas. La más evidente es la de gozar de un suministro eléctrico cuando te encuentras aislado de la red eléctrica, pero también disponer de una autonomía total sobre el consumo de energía y la posibilidad de incrementar la instalación según tus necesidades.
Pese a que nos ofrecen grandes ventajas en el método de consumir electricidad de una forma más sostenible, también existen algunas desventajas. Por ejemplo, es necesario contar con acumuladores solares, lo que aumenta significativamente la inversión económica.
Otro factor es que las baterías solares tienen un ciclo de vida menor que el de los paneles solares, por lo que habrá que reemplazarlas en un período determinado. De igual forma, este sistema requiere de un gran mantenimiento, ya que, si deja de estar operativo, el usuario dejará de recibir electricidad.
¿En qué se diferencia con una instalación de autoconsumo conectada?
La principal diferencia entre una instalación fotovoltaica aislada y una instalación de autoconsumo conectada es que ésta última, como su propio nombre indica, debe estar conectada a la red de suministro eléctrico.
Las instalaciones de autoconsumo con conexión son un sistema de paneles solares que han de estar conectados a la red de distribución eléctrica para consumir electricidad, aunque nos permiten un ahorro en la producción de energía.
Para usar una instalación de autoconsumo conectada se requiere formalizar un contrato con alguna empresa distribuidora de electricidad, de lo contrario, no podremos generar energía.
Además, el empleo de las instalaciones de autoconsumo con conexión también permite a los usuarios recibir una contraprestación económica debido a los excedentes energéticos, esto es, la energía generada que no se ha consumido.
Según el Real Decreto 244/2019, aquellos usuarios que no puedan consumir la energía producida recibirán una compensación simplificada, lo que se traduce en una rebaja en la factura de la luz.
Por otra parte, las instalaciones fotovoltaicas aisladas, como ya hemos explicado anteriormente, son aquellas que no están conectadas a la red eléctrica.
Debido a esto es necesario contar con baterías solares para almacenar el excedente de energía que se genere y así poder asegurarnos de que contamos con luz el resto de la jornada.
Usos de las instalaciones fotovoltaicas aisladas
Como los sistemas fotovoltaicos aislados se instalan en lugares desconectados de la red eléctrica podemos diferenciar varios usos.
Anteriormente hemos detallado que este tipo de sistemas se instalan en entornos rurales para viviendas unifamiliares, tales como casas de campo, chalets o fincas.
También puede darse en la industria agrícola o ganadera, en el empleo de un sistema de bombeo solar o para dotar de luz a granjas o haciendas.
No obstante, este tipo de instalaciones no solo se llevan a cabo en el mundo rural, sino que también comienza a ser frecuente en el alumbrado público como en farolas o para iluminar túneles, entre otros.
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Cálculo de una instalación fotovoltaica aislada
Uno de los pasos previos a la instalación de un sistema fotovoltaico aislado es el estudio del tamaño que dispondremos para instalarlo. Esto es muy importante ya que podremos atender a dos parámetros fundamentales: garantizar un ciclo de vida rentable y asegurarnos de un funcionamiento correcto y adecuado.
Este estudio debe realizarlo un profesional cualificado que determinará la dimensión adecuada para la instalación del sistema fotovoltaico. En este sentido, el técnico atenderá a dos criterios fundamentales.
- El consumo energético. Para cualquier instalación de un sistema fotovoltaico, es necesario realizar una estimación sobre el consumo de energía que se produce en el inmueble a lo largo de un año.
Con este estudio se podrá calcular la cantidad de placas solares que se pueden instalar para el autoconsumo de electricidad.
- Ubicación. Este parámetro resulta muy importante, ya que es necesario estudiar la zona en la que se va a ubicar la instalación de los paneles solares.
Hay que asegurarse de que la instalación se efectúe en una ubicación en la que se aproveche el mayor tiempo posible las horas de radiación solar a lo largo del día. En este sentido, hay que tener en cuenta el sombreado y los obstáculos que puedan impedir el máximo rendimiento de las placas solares.
